En 1964, Canal 4 estrenaba los domingos de noche la que sería la última antología fantástica de los 60, y que perduraría en la memoria de los televidentes por su introducción: "su televisor no está fallando, no intente ajustar la imagen. Nosotros controlamos la transmisión... en la siguiente hora siéntese quieto y nosotros controlaremos todo lo que usted vea y oiga. Usted está a punto de participar en una gran aventura, de experimentar el asombro y misterio que va del interior de la mente, rumbo a lo desconocido..." Asi comenzaba, sorpresivamente, cada episodio de "Rumbo a lo Desconocido" ("The Outer Limits", 1963/65), una antología donde predominaban las historias de ciencia ficción.
La serie se destacaba por sus atmósferas, buenos actores, y guiones de buen nivel literario, aunque su rudimentario departamento de efectos especiales dejaba ver el reducido presupuesto con que se manejaba la serie. Sin embargo, el resultado final era ampliamente satisfactorio, siendo una de las series más recordadas y retransmitidas varias décadas después. La temática de "Rumbo a lo Desconocido" era amplia: desde una especie de serpiente gigante que aterrorizaba a un astronauta (Adam West) en un planeta desconocido, pasando por un hombre (Martin Landau) que retrocedía en el tiempo hasta antes de su nacimiento en nuestro presente, hasta un científico (Cliff Robertson) que buscando vida en el espacio exterior mediante ondas de radio se enfrenta a un monstruo radioactivo. Pero tal vez el episodio más famoso de la serie haya sido "Demonio con una Mano de Cristal" escrito por el conocido escritor de ciencia ficción Harlan Ellison. En esta historia, Robert Culp era Trent, un hombre del futuro tan lacónico y enigmático como resuelto, que escapa hacia nuestro presente perseguido por los Kyben, una raza extraterrestre que había conquistado la Tierra del futuro. Trent era un androide que en su mano izquierda de cristal escondía un alambre que conservaba a la Humanidad entera reducida a impulsos eléctricos. Su misión era proteger a la Humanidad de los intentos destructivos de los Kyben. Atrapado junto a sus perseguidores en un extraño edificio (el Edificio Bradbury de Los Angeles, en el que varios años después se filmara buena parte de "Blade Runner" con Harrison Ford) sellado por una burbuja magnética desplegada por los extraterrestres, Trent se debatía por sobrevivir y cumplir con el único designio impreso en su memoria: proteger a los millones de seres humanos sintetizados en su mano hasta que los Kyben fueran destruidos. Dirido por Byron Haskin ("La Isla del Tesoro", "La Guerra de los Mundos"), este episodio de alta tensión que además presentaba un aspecto visual fascinante, ganó el Writers Guild Award al Guión Destacado para una Antología de Televisión. "...ahora le devolvemos el control de su televisor hasta la próxima semana, a esta misma hora, cuando la voz de control lo llevará rumbo a lo desconocido..." |
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